El abrigo, herencia y evolución: un "must-have" para este invierno

El abrigo es una prenda ideal para cubrirse del frío. Sin embargo, no solamente es funcional para las bajas temperaturas, sino que también refleja distinción y estiliza tu figura. Pero, ¿alguna vez te has preguntado cuál es el origen de esta prenda?

Durante la Edad Media, únicamente los nobles gozaban el privilegio de portar la hopalanda. Una prenda elaborada de paño fino, sedería o terciopelo, la cual, se ajustaba a los hombros y se ceñía a la cintura con un cinturón.

Durante el siglo XVII, el ferreruelo se convertiría en la prenda más utilizada gracias a la influencia de la España barroca en Europa Central.

En Francia, un siglo después se dictó a las casacas como la prenda exterior más común. A partir del siglo XIX, el abrigo comenzó a popularizarse entre la sociedad, convirtiéndose en un imprescindible en el armario del hombre.

Durante la Segunda Guerra Mundial, los soldados utilizaban el abrigo como parte de su uniforme. En las décadas de los cincuenta, sesenta y setenta, no hubo una gran evolución en el estilo de la prenda; se mantuvieron sobrios, largos y sin muchos cambios en su estructura.

No fue hasta los años ochenta donde los abrigos se hicieron más ligeros y llamativos. Se utilizaron nuevos materiales como el poliéster y el nylon. Sin embargo, en los noventa regresarían los estilos clásicos.

En la actualidad, puedes conseguir un diseñador de moda que te haga un abrigo a la medida o llevarlo ready to wear, es una prenda versátil que cuenta con una gran variedad de estilos, tejidos y colores. Este básico le aportará mucho más a tu outfit, viéndote elegante y estilizado. Claro, además de protegerte del frío. En Ciudad de México en la Colonia Roma, Belisa Pulido es una de las opciones a elegir.